Atrévete a ser tú.

Sientes una incomodidad que podrías describir como un sentimiento de incompletud. ¿Notas que te falta algo importante en tu vida para ser feliz?

Por ejemplo, puede que sientas que estás viviendo sin cumplir tus esperanzas, o que no te sientas realizado, que notes a menudo frustración y hasta resignación. El tiempo pasa y su mero paso te genera dolor al ver que las oportunidades van quedando atrás y no las aprovechaste.

Si crees que tu vida es aburrida, sientes vergüenza de ti mismo, envidia de otros y un malestar que a veces se torna en sufrimiento… Estos sentimientos te están indicando algo: es muy probable que estés viviendo una vida por procuración y que dicho de otra forma no te estés atreviendo a ser tú.

En ocasiones, las circunstancias que nos rodean son demasiado limitantes. No nos brindan la oportunidad de hacer ciertas cosas. Y como resultado, no nos atrevemos a ser nosotros mismos.

Cada persona tiene unas posibilidades en potencia desde pequeño, pero no todos desarrollamos nuestras capacidades, nuestros talentos, gustos e intereses.

    • ¿QUIÉN PONE LOS LÍMITES?

– EL PÚBLICO: no te comportas de la misma manera (con mucha diferencia) cuando hay gente, sufres de la presión social que ejercen sobre ti las redes sociales, el grupo de amigos, o incluso meros desconocidos.

– LA FAMILIA: no te sientes comprendido o te absorbe demasiado (niños, mayores, mascotas…), no hace falta que sea todo la familia, con un miembro a menudo basta.

– EL TRABAJO: no te sientes realizado, ocupa demasiado tiempo de tu vida, te genera insatisfacción o estrés.

– TU PAREJA: no te sientes correspondido en tu relación, te genera dependencia o sumisión.

– TÚ: has interiorizado normas externas estrictas, presentas miedos que te bloquean, sufres de sentimientos de culpa que te paralizan, sientes una inseguridad te impide salir de tu zona de confort, o estás atrapado en rutinas y te gustaría salir de ellas, no te sientes cómodo en tu cuerpo.

La luz al final del túnel
    • ¿QUÉ PODEMOS HACER AL RESPECTO?

Como dijo Ortega y Gasset, “Yo soy yo y mi circunstancia”. Como el árbol que crece sobre un terreno que no puede elegir de antemano. Podríamos pensar que nuestro entorno nos define, determina quienes seremos de manera irremediable. Y así es porque el árbol no echa raíces en el aire, pero al mismo tiempo el árbol modifica por su mera presencia la calidad del suelo, la temperatura y la humedad del ambiente y del suelo que lo rodea. La influencia es mutua. Y si no lo decidimos todo, hay muchas cosas que podemos influenciar, cambiar y decidir. A diferencia del árbol, nuestras raíces culturales y familiares no nos impiden caminar y buscar nuevos entornos que nos sean más favorables para ser quienes queremos ser.

    • ANALIZAREMOS COMO FUNCIONAS:

-Lo que tienes en mente: creencias, pensamientos, suposiciones muy arraigadas, acerca de quien eres, de cómo funciona el mundo, de qué eres capaz, de qué mereces y de qué es posible.

-Lo que buscas: todos tenemos un propósito en la vida, o por lo menos deberíamos encontrar uno. Un motivo para actuar, actúa como una fuente de energía y un rumbo para que nos comportemos de una manera determinada.

-Lo que haces: cómo te desempeñas en tu entorno, cómo aprovechas el tiempo, qué método usas para cuidar de ti y para lograr algo.

    • ANALIZAREMOS COMO FUNCIONAN TUS CIRCUNSTANCIAS:

– DÓNDE – CUÁNDO – CON QUIÉN – CÓMO – … – logras ser tú mismo (o no).

En función de lo que encontremos, trabajaremos unos aspectos u otros de manera estratégica para reordenar las piezas del puzzle de tu vida: autoimagen, autoestima, propósitos vitales, autocuidados, fuentes de satisfacción, pensamientos recurrentes, métodos de acción, actividades…

Puedes tener vida propia. Puedes dejar de vivir la vida de otros. Puedes descubrir cosas que te gusten y disfrutar de ellas. Puedes controlar y aprovechar mejor tu tiempo.

Es tu vida, solamente tienes una (hasta que se demuestre lo contrario) y tú tienes que vivirla.

Empieza por algo pequeño. Pide más información.

Bertrand René Gerard

Psicólogo General sanitario.

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