La manipulación es propia de la especie humana. Literalmente, el ser humano es el único animal en tener manos, son sus primeros y principales herramientas para manipular la realidad, es decir hacer que ésta se conforme a sus necesidades, sus deseos, sus sueños.
La mano humana es también la del índice que señala, que señala hacia adelante, mientras que el pulgar señala hacía atrás cuando doblamos el codo. Esas indicaciones espaciales de delante y detrás, a través del movimiento muestran un antes y un después que anticipan una concepción del tiempo más allá del presente.
Pero se nos está yendo el tema de las manos. Como me decía mi abuelo ebanista: «para ser manual hay que hacer las cosas con cabeza». Y la mano humana no sería nada sin la capacidad cerebral para controlarla, la capacidad de sentirla, de moverla, de planificar gestos. Sería como tener una herramienta sin saber usarla. Las manos aprendemos a utilizarlas a base de práctica, (sería prácticamente imposible destacar como pianista profesional a nivel internacional si uno no comienza a trabajar asiduamente la técnica antes de los 10 años de edad). Usándolas es como aprendemos a usarlas.
¿Pero existe otro tipo de manipulación verdad? Esa otra manipulación que se realiza a distancia, sin tocar nada, una especie de telequinesis sobre las personas. La llamamos manipulación psicológica. En el imaginario popular los psicólogos estarían dotados de capacidades de persuasión y de comprensión de las mentes que les permitiría hacer lo que quisieran de los demás. La verdad es que los psicólogos sabemos de sesgos cognitivos de técnicas y efectos, porque fueron estudiados por psicólogos en experimentos ya clásicos de la psicología.
«Ser conscientes de nuestros propios sesgos cognitivos es la mejor manera de no ser víctima de los que se intentan aprovechar de ellos.»
René Gerard
Sin embargo, el papel de tu psicólogo consiste tanto en aprovechar los sesgos cognitivos para que avances en la terapia como en ayudarte a detectar la manipulación presente en tu vida. Estamos relativamente por no decir abrumadoramente expuestos a esa manipulación invisible y difícil de detectar, de hecho en el mundo actual existe una serie de personas que de una manera u otra intentan hacer de nosotros lo que ellos quieren. Pensamos enseguida en los estafadores, los mentirosos, los ladrones, los maltratadores, los manipuladores, o los perversos narcisistas. Pero también podemos pensar en los comerciales, los vendedores, los publicistas, los políticos, los periodistas, los tertulianos, cualquier persona que hable delante de una cámara o un micrófono…
Algunas claves para detectar que te intentan manipular:
- Sólo te presentan un lado de los hechos o el otro lado de las cosas es descalificado por sistema.
- Te impulsan a tener que decidirte rápido porque es ahora, porque no habrá para todos… y no puedes hacer tu evaluación de pros y contras lucidamente.
- Generan unas emociones intensas de miedo o de esperanza.
- utilizan herramientas como la repetición, la culpa, la ridiculización, la desinformación o información engañosa por ser incompleta o parcial.
- Quieren que hagas cosas absurdas sin cuestionarlas.
- Te aislan
- Te presentan problemas que por ti mismo no veías como tal y te ofrecen una solución llave en mano, su solución.
Algunas pistas para evitar la manipulación:
- Exigir tomarse su tiempo para tomar decisiones, a cabeza reposada.
- Valorar pros y contras, abarcando la información más completa, contrastando fuentes.
- Pedir ayuda o opinión a familiares, amigos.
- Consultar con un profesional de la psicología si sufres, ya que la otra cara de la manipulación, es el maltrato. El maltrato no tiene porque ser físico, de hecho puede de que psicológico sea más extendido.
- Recordar que hay más de una manera de hacer las cosas y de hacerlas bien.
Recuerda finalmente que ser conscientes de nuestros propios sesgos cognitivos es la mejor manera de no ser víctimas de los que se intentan aprovechar de ellos. La psicología también sirve para protegerse.
Bertrand René Gerard Maridor
Psicólogo General Sanitario